viernes, 23 de diciembre de 2011

EL MITO





Un mito (del griego mythos que significa 'cuento') es un relato de hechos maravillosos protagonizado por personajes sobrenaturales (dioses, semidioses, monstruos) o extraordinarios (héroes). Los mitos forman parte del sistema religioso de una cultura, la cual los considera historias verdaderas.
Según algunos estudiosos,  todo mito se caracteriza por  tres atributos:
·         Trata de una pregunta existencial, referente a la creación de la tierra, la muerte, el nacimiento y similares.
·         Está constituido por contrarios irreconciliables: creación contra destrucción, vida frente a muerte, dioses contra hombres.
·         Proporciona la reconciliación de esos polos a fin de conjurar nuestra angustia.
Como los demás géneros tradicionales, el mito es en origen un relato oral, cuyos detalles varían a medida que es transmitido de generación en generación, dando lugar a diferentes versiones, ha sido objeto de reelaboración literaria, ampliando así su arco de versiones y variantes.
Características del Mito:
·         Intentan explicar el origen del mundo, del hombre o de los fenómenos naturales.
·         Constituyen un elemento esencial en la vida y la cultura de los pueblos primitivos, porque expresan los sentimientos y las creencias de la comunidad.
·         El mito es un relato tradicional, folclórico. Por lo tanto, es anónimo (sin autor conocido), oral (se transmite de "boca en boca") y popular (es compartido por toda una comunidad).
·          Los mitos, al igual que toda la literatura folclórica, corren el riesgo de olvidarse si no se siguen contando oralmente.
La narración mítica cuenta, por ejemplo, cómo comenzó el mundo, cómo fueron creados seres humanos y animales, y cómo se originaron ciertas costumbres, ritos o formas de las actividades humanas. Casi todas las culturas poseen o poseyeron alguna vez mitos y vivieron en relación con ellos.

Origen de los mitos:
 Como los mitos se refieren a un tiempo y un lugar extraordinarios, y a dioses y procesos sobrenaturales, han sido considerados usualmente como aspectos de la religión. Sin embargo, como su naturaleza es totalizadora, el mito puede iluminar muchos aspectos de la vida individual y cultural.
El mito relata los acontecimientos como si fueran mágicos -sobre naturales-, y no como la realidad cotidiana. En los mitos, los sentimientos y las fuerzas de la naturaleza aparecen encarnados en un héroe (ser maravilloso).
Este lleva a cabo una hazaña que afecta o modifica la vida de todo su pueblo. Los mitos narran situaciones o historias de un pasado tan remoto que no puede ubicarse temporalmente. Aparecen fuera del tiempo que es posible medir. El mito nace en un espacio desdibujado, aunque a veces se reconocen algunas características de la geografía de la zona.

Clases de Mitos:

Los mitos pueden clasificarse según el tema dominante que revelan.
Mitos cosmogónicos:
Habitualmente el mito más importante en una cultura, el que llega a ser el modelo ejemplar de todos los demás mitos, es el mito cosmogónico. Cuenta cómo fue el origen del mundo. En algunos relatos, como el primer capítulo del Génesis bíblico, la creación del mundo procede de la nada (creatio ex nihilo).
Los mitos egipcios, australianos, griegos y mayas también hablan de la creación a partir de la nada. En la mayoría de estos mitos, las deidades son todopoderosas.  Intentan explicar la creación del mundo. Son los más universalmente extendidos y de los que existe mayor cantidad. A menudo, se sitúa el origen de la tierra en un océano primigenio. A veces, una raza de gigantes, como los titanes, desempeña una función determinante en esta creación; en este caso, tales gigantes, que suelen ser semidioses, constituyen la primera población de la tierra.
Mitos teogónicos: Relatan el origen de los dioses. Por ejemplo, Atenea surge armada de la cabeza de Zeus.
Mitos antropogónicos: Narran la aparición del ser humano, quien puede ser creado a partir de cualquier materia, viva (un árbol, un animal) o inerte (polvo, lodo, arcilla, etc.). Los dioses le enseñan a vivir sobre la tierra. Normalmente están vinculados a los mitos cosmogónicos.
Mitos etiológicos: Explican el origen de los seres, las cosas, las técnicas y las instituciones.
Mitos morales: Explican la existencia del bien y del mal.
Mitos fundacionales: Cuentan cómo se fundaron las ciudades por voluntad de dioses. Un ejemplo es el de la fundación de Roma por dos gemelos, Rómulo y Remo, que fueron amamantados por una loba.
Mitos escatológicos: Anuncian el futuro, el fin del mundo. Siguen teniendo amplia audiencia. Estos mitos comprenden dos clases principales, según el elemento que provoque la destrucción del mundo: el agua o del fuego. A menudo están vinculados a la astrología. La inminencia del fin se anuncia por una mayor frecuencia de eclipses, terremotos, y toda clase de catástrofes naturales que aterrorizan a los humanos.

MITOS CHILENOS

La mitología chilena se caracteriza por haber adoptado una multitud de mitos y leyendas de las creencias de los pueblos indígenas del territorio chileno; y otras de origen europeo, proveniente principalmente de los colonizadores españoles.
Esta variedad de fuentes de creencias, ha provocado en algunos casos que se produzca la fusión de diferentes seres, provenientes de estos diversos orígenes mitológicos; lo que ha complementado y diferenciado a la mitología chilena.
Igualmente, las diferencias de paisajes y de climas presentes en el territorio chileno, han configurado zonas geográficas definidas que han vivido circunstancias históricas diferentes; lo cual ha intervenido y favorecido la aparición de diferentes y nuevas creencias y mitos, que han enriquecido la mitología de este territorio.


ZONA NORTE

El Alicanto:
El Alicanto es una criatura mitológica del desierto de la Región de Atacama, perteneciente a la mitología chilena.
Es un ave mágica que puede traer la suerte del minero, ya que habitaría en pequeñas cuevas entre los cerros de minerales del desierto; alimentándose con los minerales de oro y plata.
Se dice que esta mágica ave solo aparece de noche. Al alimentarse, cuando está en ayuno comería el oro o la plata rápidamente y cuando está casi satisfecho, comería lentamente estos metales; y si posteriormente tiene su buche  lleno de alimento, no podría volar debido al peso de los metales con los que se alimentó. Luego de ello se dirigiría a su nido donde pondría dos huevos, de oro o de plata; dependiendo del tipo de alimento que haya consumido.
Los mineros que lograrían seguir al Alicanto y tenerlo por guía, se enriquecerían; ya que éste los conduciría a los sitios exactos donde existen ricos yacimientos o a los sitios donde hay algún tesoro enterrado. Aun así, se debe tener en consideración que el Alicanto sería muy celoso de su alimento y no desearía compartirlo voluntariamente con los seres humanos.
Sin embargo, si se siente perseguido se dice que esta ave oscurece sus alas confundiéndose con las sombras de la noche. Además aunque el minero sepa que esta ave una, vez ya bien alimentada, ya no podría volar, al Alicanto tampoco le sería difícil huir en estas condiciones si es perseguido, debido a que esta se ocultaría en cualquier recodo o grieta sin dejar ninguna huella de su paso.
Si la persecución lograra ser mantenida a pesar de los intentos del alicanto por esconderse, el Alicanto trataría de confundir y desorientar al minero que quiera perseguirla. Esta acción la realizaría mediante movimientos en que se perdería y aparecería, caminando con pasos más rápidos y a veces más lentos; hasta que en un momento arrojaría una luz muy fuerte que encandilaría a su perseguidor, dejándolo enceguecido en medio de un camino desconocido. La tradición dice que solo mediante una plegaria a la Virgen de Punta Negra, el infortunado podría encontrar la ruta de regreso a su hogar. En el caso de que el minero que la siguiese estuviera poseído de una ambición desmedida, el Alicanto muy enojado, guiaría al minero avaricioso hasta un precipicio o despeñadero; haciendo que sus perseguidores caigan y así mueran.
Debido a lo celoso que sería el Alicanto, se dice que un buen minero solo debe procurar seguirlo sigilosamente, y solo espiar el lugar de la montaña dónde se alimenta esta mítica ave. Posteriormente, solo después que el Alicanto hubiese comido tranquilamente, y tras su partida, el minero se acercaría a la buena veta (concentración) de mineral valioso, para obtener tan anhelados tesoros de la naturaleza. Igualmente los mineros serían felices si llegan a ubicarlo en pleno vuelo, ya que sería seguro que en algún lugar muy cercano existirían buenas vetas de oro o plata.

ZONA CENTRAL
El Chonchón:
El Chonchón, Chon-chon, Chuncho, Quilquil o Tué-tué es una criatura perteneciente a la mitología mapuche, y posteriormente asimilada a la mitología chilena. Aparece en lugar destacado dentro de los mitos de la  zona central de Chile.
El Chonchón se presenta como una cabeza humana, de la que nacen unas enormes orejas que usa a modo de alas para volar. Su presencia es delatada por su fatídico grito de tué, tué, que indica que una persona va a morir. Revolotea alrededor de la habitación de los enfermos, lucha con el espíritu de estos, y, si los vence, chupa la sangre de los pacientes.
Se considera a los Chonchones como brujos que tienen el secreto para volar. Esto lo hacen untándose unas cremas en la garganta. Este mágico ungüento haría que se le desprenda la cabeza del resto del cuerpo, adquiriendo esta un plumaje, garras afiladas y grandes orejas que se transformarían en alas para poder volar; y si lo desea y es poderoso, incluso podría realizar una transformación completa para adquirir la forma de una especie de búho o lechuza. Así podría dejar el cuerpo en su casa y realizar fácilmente sus actividades malignas.
En el caso de los brujos o brujas, al momento de comenzar el vuelo además recitarían la siguiente frase:” Sin Dios ni Santa María”, con lo cual el diablo les otorgaría más poder, para así lograr esta transformación; pero si por equivocación recitan otras palabras, sufriría una gran caída.
Al transformarse el Calcu o brujo maligno dejando su cuerpo en su casa, debe siempre recordar que es necesario tener otro mágico ungüento para volver a su forma humana. Si se le perdiera, ocultara o destruyese su ungüento, el Chonchón volaría en picada hacia el suelo para matarse, ya que no soportaría el destino de quedar transformado para siempre en Chonchón; y en el suelo solo quedaría el cadáver de una lechuza o búho.
La transformación a Chonchón la realizarían siempre de noche, aunque su presencia sería delatada por su fatídico y temido grito de "tué, tué". El principal objetivo de la transformación en Chonchón sería para obtener agilidad para moverse. Mediante esta forma se dirigirían hacia las reuniones que realizarían estos tipos de brujos o brujas. Igualmente como Chonchón recorrerían los lugares donde desearía hacer daño o enfermedad, revoloteando alrededor de la casa, o en el peor de los casos entraría a la habitación del enfermo, donde lucharía con el espíritu del enfermo; para que este no pueda protegerse y así el Chonchón pueda tranquilamente chupar su sangre; lo que al poco tiempo podría ocasionar la muerte del enfermo si no se actuara rápidamente. Es por ello que cuando los campesinos escuchan el grito persistente de tué, tué, significa que el odiado Chonchón ha salido a anunciar que se puede producir una futura muerte de algún ser querido,
Para ahuyentarlos se reza la siguiente oración: ”San Cipriano va para arriba, San Cipriano va para abajo”, sosteniendo una vela del buen morir. Con estas palabras el Chonchón cae al suelo. También se le echa sal al fuego de la cocina y se dice: “Pasa, Chonchón, tu camino, o vuelve mañana por sal”. Al día siguiente se presentará alguien a pedir sal y no hay que negársela.

ZONA SUR

Tenten Vilu y Caicai Vilu:
Trentren-Vilu (Tenten-Vilu en Chiloé) y Caicai-Vilu o simplemente Trentren o Tenten y Caicai, (del mapudungun Trengtreng filu y Kaykay filu), son seres mitológicos de la mitología mapuche y en las últimas décadas del siglo XX fueron también reintroducidos en la mitología chilota.
Ambos son seres poderosos con forma de míticas serpientes (en mapudungun, filu); Caicai-Vilu es la "serpiente marina" que tiene poder para dominar el poder del mar y todo lo relacionado a él y Trentren-Vilu es la "serpiente terrestre" que tiene poder para dominar la tierra, y sus volcanes. La apariencia de Caicai sería de un ser mitad culebra y mitad pez; y la apariencia de Trentren, el de una culebra gigante.
Según los mapuches, estas dos serpientes serían originalmente los hijos de los pillanes más poderosos, que como castigo habrían sido convertidos en estos seres. Así que el hijo de Peripillán fue convertido en una inmensa serpiente que sería Caicai y el hijo de Antu convertido en una inmensa serpiente que sería Trentren. Ambas serpientes serían adversarias, así como fueron adversarios Antu y Peripillán. Caicai habría sido mandada a vivir en el mar para ayudar a cuidarlo junto a los Ngen-ko (espíritus dueños del agua), y Trentren habría sido mandada a vivir en la tierra para ayudar a cuidar junto a los demás Ngen (espíritus de la naturaleza presentes en la mitología mapuche) a la tierra, y para ayudar al ser humano; Siendo así como estas dos culebras son usadas como un instrumento a través del cual también se cumple la voluntad de los antiguos espíritus mapuches.
Se dice que cuando Caicai despertó de su gran sueño de varios años, a causa del desagradecimiento que tuvieron los hombres por todo lo dado por el mar; Caicai se enfureció y usó su cola en forma de pescado para golpear el agua. Con ello inició un gran cataclismo que empezó a inundar y crear un diluvio en todo el territorio; ya que tenía el deseo de castigar al ser humano y de incorporar toda la vida terrestre a sus dominios. Caicai ordenó a las aguas que inundaran los valles y cerros, y que llevasen a todos los habitantes al fondo del mar.
Al ver Trentren, que los habitantes y animales estaban desesperados y que los hombres la invocaron, y como por órdenes de su padre, ella era quien debía proveerles de sabiduría y protección; decidió ayudar a los seres humanos. Así ayudó a escapar a los habitantes y a los animales subiéndolos en su lomo y llevándolos a los cerros; y a los que quedaban atrapados por las aguas, los transformó en aves para que escaparan volando; a los que se ahogaban, en peces y mamíferos marinos y a los ahogados en sirenas y tritones. Los seres humanos que quedaron inmóviles por el terror que sentían, se habrían transformado en rocas. Pero como el mar seguía subiendo de nivel, Trentren tuvo que ordenarles a los cerros que aumentaran de altura para contrarrestar el poder de Caicai. Enojada, Caicai empezó a luchar contra Trentren en una titánica batalla que duró mucho tiempo, hasta que ambas serpientes se cansaron, con lo cual Trentren venció parcialmente al no haberse inundado toda la tierra, sin embargo, las aguas no volvieron totalmente a su nivel antiguo; con lo que Chile obtuvo su actual geografía.
Posteriormente, según la tradición chilota, Caicai se conformó con la porción de tierra obtenida que logró inundar, y delegó sus funciones referentes al mar, al gran Millalobo.
Según la tradición mapuche, luego del cataclismo, todos siguieron su vida tranquila; hasta que un día fue Trentren quien posteriormente se encolerizó por la actitud que tenían los hombres, e hizo que todos los volcanes entraran en erupción y la población tuvo que mudarse a otros lugares más seguros. Desde ese momento, Trentren continúa manifestándose mediante temblores, terremotos y erupciones volcánicas, mientras que Caicai causa los maremotos e inundaciones cuando se revuelve en medio de su sueño.





Un mito (del griego mythos que significa 'cuento') es un relato de hechos maravillosos protagonizado por personajes sobrenaturales (dioses, semidioses, monstruos) o extraordinarios (héroes). Los mitos forman parte del sistema religioso de una cultura, la cual los considera historias verdaderas.

Según algunos estudiosos,  todo mito se caracteriza por  tres atributos:

·         Trata de una pregunta existencial, referente a la creación de la tierra, la muerte, el nacimiento y similares.

·         Está constituido por contrarios irreconciliables: creación contra destrucción, vida frente a muerte, dioses contra hombres.

·         Proporciona la reconciliación de esos polos a fin de conjurar nuestra angustia.

Como los demás géneros tradicionales, el mito es en origen un relato oral, cuyos detalles varían a medida que es transmitido de generación en generación, dando lugar a diferentes versiones, ha sido objeto de reelaboración literaria, ampliando así su arco de versiones y variantes.

Características del Mito:

·         Intentan explicar el origen del mundo, del hombre o de los fenómenos naturales.

·         Constituyen un elemento esencial en la vida y la cultura de los pueblos primitivos, porque expresan los sentimientos y las creencias de la comunidad.

·         El mito es un relato tradicional, folclórico. Por lo tanto, es anónimo (sin autor conocido), oral (se transmite de "boca en boca") y popular (es compartido por toda una comunidad).

·          Los mitos, al igual que toda la literatura folclórica, corren el riesgo de olvidarse si no se siguen contando oralmente.

La narración mítica cuenta, por ejemplo, cómo comenzó el mundo, cómo fueron creados seres humanos y animales, y cómo se originaron ciertas costumbres, ritos o formas de las actividades humanas. Casi todas las culturas poseen o poseyeron alguna vez mitos y vivieron en relación con ellos.



Origen de los mitos:

 Como los mitos se refieren a un tiempo y un lugar extraordinarios, y a dioses y procesos sobrenaturales, han sido considerados usualmente como aspectos de la religión. Sin embargo, como su naturaleza es totalizadora, el mito puede iluminar muchos aspectos de la vida individual y cultural.

El mito relata los acontecimientos como si fueran mágicos -sobre naturales-, y no como la realidad cotidiana. En los mitos, los sentimientos y las fuerzas de la naturaleza aparecen encarnados en un héroe (ser maravilloso).

Este lleva a cabo una hazaña que afecta o modifica la vida de todo su pueblo. Los mitos narran situaciones o historias de un pasado tan remoto que no puede ubicarse temporalmente. Aparecen fuera del tiempo que es posible medir. El mito nace en un espacio desdibujado, aunque a veces se reconocen algunas características de la geografía de la zona.



Clases de Mitos:



Los mitos pueden clasificarse según el tema dominante que revelan.

Mitos cosmogónicos:

Habitualmente el mito más importante en una cultura, el que llega a ser el modelo ejemplar de todos los demás mitos, es el mito cosmogónico. Cuenta cómo fue el origen del mundo. En algunos relatos, como el primer capítulo del Génesis bíblico, la creación del mundo procede de la nada (creatio ex nihilo).

Los mitos egipcios, australianos, griegos y mayas también hablan de la creación a partir de la nada. En la mayoría de estos mitos, las deidades son todopoderosas.  Intentan explicar la creación del mundo. Son los más universalmente extendidos y de los que existe mayor cantidad. A menudo, se sitúa el origen de la tierra en un océano primigenio. A veces, una raza de gigantes, como los titanes, desempeña una función determinante en esta creación; en este caso, tales gigantes, que suelen ser semidioses, constituyen la primera población de la tierra.

Mitos teogónicos: Relatan el origen de los dioses. Por ejemplo, Atenea surge armada de la cabeza de Zeus.

Mitos antropogónicos: Narran la aparición del ser humano, quien puede ser creado a partir de cualquier materia, viva (un árbol, un animal) o inerte (polvo, lodo, arcilla, etc.). Los dioses le enseñan a vivir sobre la tierra. Normalmente están vinculados a los mitos cosmogónicos.
Mitos etiológicos: Explican el origen de los seres, las cosas, las técnicas y las instituciones.
Mitos morales: Explican la existencia del bien y del mal.
 Mitos funndacionales: Cuentan cómo se fundaron las ciudades por voluntad de dioses. Un ejemplo es el de la fundación de Roma por dos gemelos, Rómulo y Remo, que fueron amamantados por una loba.
Mitos escatológicos: Anuncian el futuro, el fin del mundo. Siguen teniendo amplia audiencia. Estos mitos comprenden dos clases principales, según el elemento que provoque la destrucción del mundo: el agua o del fuego. A menudo están vinculados a la astrología. La inminencia del fin se anuncia por una mayor frecuencia de eclipses, terremotos, y toda clase de catástrofes naturales que aterrorizan a los humanos.
MITOS CHILENOS
La mitología chilena se caracteriza por haber adoptado una multitud de mitos y leyendas de las creencias de los pueblos indígenas del territorio chileno; y otras de origen europeo, proveniente principalmente de los colonizadores españoles.
Esta variedad de fuentes de creencias, ha provocado en algunos casos que se produzca la fusión de diferentes seres, provenientes de estos diversos orígenes mitológicos; lo que ha complementado y diferenciado a la mitología chilena.
Igualmente, las diferencias de paisajes y de climas presentes en el territorio chileno, han configurado zonas geográficas definidas que han vivido circunstancias históricas diferentes; lo cual ha intervenido y favorecido la aparición de diferentes y nuevas creencias y mitos, que han enriquecido la mitología de este territorio.
ZONA NORTE
El Alicanto:
El Alicanto es una criatura mitológica del desierto de la Región de Atacama, perteneciente a la mitología chilena.
Es un ave mágica que puede traer la suerte del minero, ya que habitaría en pequeñas cuevas entre los cerros de minerales del desierto; alimentándose con los minerales de oro y plata.
Se dice que esta mágica ave solo aparece de noche. Al alimentarse, cuando está en ayuno comería el oro o la plata rápidamente y cuando está casi satisfecho, comería lentamente estos metales; y si posteriormente tiene su buche  lleno de alimento, no podría volar debido al peso de los metales con los que se alimentó. Luego de ello se dirigiría a su nido donde pondría dos huevos, de oro o de plata; dependiendo del tipo de alimento que haya consumido.
Los mineros que lograrían seguir al Alicanto y tenerlo por guía, se enriquecerían; ya que éste los conduciría a los sitios exactos donde existen ricos yacimientos o a los sitios donde hay algún tesoro enterrado. Aun así, se debe tener en consideración que el Alicanto sería muy celoso de su alimento y no desearía compartirlo voluntariamente con los seres humanos.
Sin embargo, si se siente perseguido se dice que esta ave oscurece sus alas confundiéndose con las sombras de la noche. Además aunque el minero sepa que esta ave una, vez ya bien alimentada, ya no podría volar, al Alicanto tampoco le sería difícil huir en estas condiciones si es perseguido, debido a que esta se ocultaría en cualquier recodo o grieta sin dejar ninguna huella de su paso.
Si la persecución lograra ser mantenida a pesar de los intentos del alicanto por esconderse, el Alicanto trataría de confundir y desorientar al minero que quiera perseguirla. Esta acción la realizaría mediante movimientos en que se perdería y aparecería, caminando con pasos más rápidos y a veces más lentos; hasta que en un momento arrojaría una luz muy fuerte que encandilaría a su perseguidor, dejándolo enceguecido en medio de un camino desconocido. La tradición dice que solo mediante una plegaria a la Virgen de Punta Negra, el infortunado podría encontrar la ruta de regreso a su hogar. En el caso de que el minero que la siguiese estuviera poseído de una ambición desmedida, el Alicanto muy enojado, guiaría al minero avaricioso hasta un precipicio o despeñadero; haciendo que sus perseguidores caigan y así mueran.
Debido a lo celoso que sería el Alicanto, se dice que un buen minero solo debe procurar seguirlo sigilosamente, y solo espiar el lugar de la montaña dónde se alimenta esta mítica ave. Posteriormente, solo después que el Alicanto hubiese comido tranquilamente, y tras su partida, el minero se acercaría a la buena veta (concentración) de mineral valioso, para obtener tan anhelados tesoros de la naturaleza. Igualmente los mineros serían felices si llegan a ubicarlo en pleno vuelo, ya que sería seguro que en algún lugar muy cercano existirían buenas vetas de oro o plata.
ZONA CENTRAL
El Chonchón:
El Chonchón, Chon-chon, Chuncho, Quilquil o Tué-tué es una criatura perteneciente a la mitología mapuche, y posteriormente asimilada a la mitología chilena. Aparece en lugar destacado dentro de los mitos de la  zona central de Chile.
El Chonchón se presenta como una cabeza humana, de la que nacen unas enormes orejas que usa a modo de alas para volar. Su presencia es delatada por su fatídico grito de tué, tué, que indica que una persona va a morir. Revolotea alrededor de la habitación de los enfermos, lucha con el espíritu de estos, y, si los vence, chupa la sangre de los pacientes.
Se considera a los Chonchones como brujos que tienen el secreto para volar. Esto lo hacen untándose unas cremas en la garganta. Este mágico ungüento haría que se le desprenda la cabeza del resto del cuerpo, adquiriendo esta un plumaje, garras afiladas y grandes orejas que se transformarían en alas para poder volar; y si lo desea y es poderoso, incluso podría realizar una transformación completa para adquirir la forma de una especie de búho o lechuza. Así podría dejar el cuerpo en su casa y realizar fácilmente sus actividades malignas.
En el caso de los brujos o brujas, al momento de comenzar el vuelo además recitarían la siguiente frase:” Sin Dios ni Santa María”, con lo cual el diablo les otorgaría más poder, para así lograr esta transformación; pero si por equivocación recitan otras palabras, sufriría una gran caída.
Al transformarse el Calcu o brujo maligno dejando su cuerpo en su casa, debe siempre recordar que es necesario tener otro mágico ungüento para volver a su forma humana. Si se le perdiera, ocultara o destruyese su ungüento, el Chonchón volaría en picada hacia el suelo para matarse, ya que no soportaría el destino de quedar transformado para siempre en Chonchón; y en el suelo solo quedaría el cadáver de una lechuza o búho.
La transformación a Chonchón la realizarían siempre de noche, aunque su presencia sería delatada por su fatídico y temido grito de "tué, tué". El principal objetivo de la transformación en Chonchón sería para obtener agilidad para moverse. Mediante esta forma se dirigirían hacia las reuniones que realizarían estos tipos de brujos o brujas. Igualmente como Chonchón recorrerían los lugares donde desearía hacer daño o enfermedad, revoloteando alrededor de la casa, o en el peor de los casos entraría a la habitación del enfermo, donde lucharía con el espíritu del enfermo; para que este no pueda protegerse y así el Chonchón pueda tranquilamente chupar su sangre; lo que al poco tiempo podría ocasionar la muerte del enfermo si no se actuara rápidamente. Es por ello que cuando los campesinos escuchan el grito persistente de tué, tué, significa que el odiado Chonchón ha salido a anunciar que se puede producir una futura muerte de algún ser querido.
Para ahuyentarlos se reza la siguiente oración: ”San Cipriano va para arriba, San Cipriano va para abajo”, sosteniendo una vela del buen morir. Con estas palabras el Chonchón cae al suelo. También se le echa sal al fuego de la cocina y se dice: “Pasa, Chonchón, tu camino, o vuelve mañana por sal”. Al día siguiente se presentará alguien a pedir sal y no hay que negársela.


ZONA SUR
Tenten Vilu y Caicai Vilu:
Trentren-Vilu (Tenten-Vilu en Chiloé) y Caicai-Vilu o simplemente Trentren o Tenten y Caicai, (del mapudungun Trengtreng filu y Kaykay filu), son seres mitológicos de la mitología mapuche y en las últimas décadas del siglo XX fueron también reintroducidos en la mitología chilota.
Ambos son seres poderosos con forma de míticas serpientes (en mapudungun, filu); Caicai-Vilu es la "serpiente marina" que tiene poder para dominar el poder del mar y todo lo relacionado a él y Trentren-Vilu es la "serpiente terrestre" que tiene poder para dominar la tierra, y sus volcanes. La apariencia de Caicai sería de un ser mitad culebra y mitad pez; y la apariencia de Trentren, el de una culebra gigante.
Según los mapuches, estas dos serpientes serían originalmente los hijos de los pillanes más poderosos, que como castigo habrían sido convertidos en estos seres. Así que el hijo de Peripillán fue convertido en una inmensa serpiente que sería Caicai y el hijo de Antu convertido en una inmensa serpiente que sería Trentren. Ambas serpientes serían adversarias, así como fueron adversarios Antu y Peripillán. Caicai habría sido mandada a vivir en el mar para ayudar a cuidarlo junto a los Ngen-ko (espíritus dueños del agua), y Trentren habría sido mandada a vivir en la tierra para ayudar a cuidar junto a los demás Ngen (espíritus de la naturaleza presentes en la mitología mapuche) a la tierra, y para ayudar al ser humano; Siendo así como estas dos culebras son usadas como un instrumento a través del cual también se cumple la voluntad de los antiguos espíritus mapuches.
Se dice que cuando Caicai despertó de su gran sueño de varios años, a causa del desagradecimiento que tuvieron los hombres por todo lo dado por el mar; Caicai se enfureció y usó su cola en forma de pescado para golpear el agua. Con ello inició un gran cataclismo que empezó a inundar y crear un diluvio en todo el territorio; ya que tenía el deseo de castigar al ser humano y de incorporar toda la vida terrestre a sus dominios. Caicai ordenó a las aguas que inundaran los valles y cerros, y que llevasen a todos los habitantes al fondo del mar.
Al ver Trentren, que los habitantes y animales estaban desesperados y que los hombres la invocaron, y como por órdenes de su padre, ella era quien debía proveerles de sabiduría y protección; decidió ayudar a los seres humanos. Así ayudó a escapar a los habitantes y a los animales subiéndolos en su lomo y llevándolos a los cerros; y a los que quedaban atrapados por las aguas, los transformó en aves para que escaparan volando; a los que se ahogaban, en peces y mamíferos marinos y a los ahogados en sirenas y tritones. Los seres humanos que quedaron inmóviles por el terror que sentían, se habrían transformado en rocas. Pero como el mar seguía subiendo de nivel, Trentren tuvo que ordenarles a los cerros que aumentaran de altura para contrarrestar el poder de Caicai. Enojada, Caicai empezó a luchar contra Trentren en una titánica batalla que duró mucho tiempo, hasta que ambas serpientes se cansaron, con lo cual Trentren venció parcialmente al no haberse inundado toda la tierra, sin embargo, las aguas no volvieron totalmente a su nivel antiguo; con lo que Chile obtuvo su actual geografía.
Posteriormente, según la tradición chilota, Caicai se conformó con la porción de tierra obtenida que logró inundar, y delegó sus funciones referentes al mar, al gran Millalobo.
Según la tradición mapuche, luego del cataclismo, todos siguieron su vida tranquila; hasta que un día fue Trentren quien posteriormente se encolerizó por la actitud que tenían los hombres, e hizo que todos los volcanes entraran en erupción y la población tuvo que mudarse a otros lugares más seguros. Desde ese momento, Trentren continúa manifestándose mediante temblores, terremotos y erupciones volcánicas, mientras que Caicai causa los maremotos e inundaciones cuando se revuelve en medio de su sueño.